Sentido y sensibilidad son las notas predominantes en esta bodega familiar que evoca recuerdos y futuro. Es la historia de un hombre hecho a sí mismo que tras abandonar su tierra natal, Ensenada, para forjarse una vida en la capital, regresa al cabo de 30 años a Baja California para hacer realidad su sueño. Este hombre se llama Luis Sarabia y su sueño Concierto Enológico.
María Forcada
Pero Luis Sarabia no es el único progagonista de esta historia, también los son su esposa Marga Quintero y su hija Sofía Sarabia (imagen y promotora de estos vinos fuera del celler); apoyados desde lejos por su otra hija Aida. Todos ellos, como una piña inseparable, inician un proyecto en 2004 que toma forma en 2011, adoptando el nombre de Concierto Enológico.
La realidad actual es la de una bodega que produce cuatro tipologías de vino con carácter común. Son vinos honestos, frutales y elegantes que han convertido a la vinícola en bodega boutique. Conscientes de que el vino es un alimento, el cuidado de sus vides es máximo, emplean agua potable y tienen un trato cercano con la tierra.
En Ciudad de México presentaron este cuarteto vinícola durante una cena en Mar del Zur, donde el chef Eduardo Palazuelos arriesgó en los platos y ganó, con la asesoria de las sommelliers Sandra Fernández y Georgina Estrada (que presentaron en acto junto a René Rentería).
Los aperitivos de bienvenida fueron servidos con Pauta, un vino alegre que recomiendan tomar a ritmo de Bossa Nova.
Forza, un vino que destapa pasiones y se bebe con un Barry White cerca del oído, fue maridaje de un tiradito de marlin ahumado con vinagreta de frambuesas… Un contrapunto acertado.
Concierto, un vino elegante del que dicen, “si fuera persona sería Carolina Herrera vestida de rojo” es una apuesta a ritmo de Jazz clandestino que acompañó a un pescado a la talla con salsa de axiote y chile ancho.
Gran Concierto, un vino que merece ser disfrutado al son de Huapango de Jose Pablo Moncayo, se alineó con un short rib en salsa tres chiles.
El elenco de Concierto Enológico es un acierto para los tiempos modernos. Vinos frescos pero serios que se adaptan a recetas de mar y montaña, pero que también se pueden tomar solos, sin protocolos. Vinos actuales que se acercan al consumidor y a las recetas de hoy.