Vicky Lau fue laureada como la Mejor Chef Femenina de Asia Veuve Clicquot 2015; un reconocimiento que en años anteriores tuvieron Lanshu Chen de Le Moût Restaurant en Taiwan (2014) y Bo Songisava de Bo.Lan en Bangkok (2013).
Vicky Lau es depurada, refinada y reflexiva en su cocina. Esta bella cocinera, -nacida en Hong Kong y educada en Occidente desde los 15 años-, se licenció en la Universidad de Nueva York en Diseño Gráfico Publicitario, lo que dota a sus platos de un detallismo visual que provoca una respuesta inusual en sus clientes. Su interés por las artes culinarias la llevó a dar clases en la prestigiosa escuela Le Cordon Bleu en Bangkok y a trabajar bajo la tutela del chef Sebastien Lepinoy, que gozaba de una estrella Michelín en Cépage (Hong Kong). En 2012, Lau abrió su propio restaurante, Tate Dining Room25, donde posee una estrella Michelín y cuya cocina está inspirada en la francesa con influencias asiáticas. Su natural talento estético se ve reflejado en presentaciones inmaculadas, mientras que su innata creatividad y un gusto exquisito por lo gourmet se hace evidente en sus menús estacionales. Estos menús, titulados “Edible Stories” (Historias que se comen), tienen un hilo conductor de principio a fin. “Para mí cada plato debe tener una armonía entre el arte, la tradición y la ciencia. Hay un postre que lo refleja a la perfección y que siempre sirvo para cerrar un menú, es el Jardín Zen, hecho con muselina de té matcha, mousse de chocolate blanco y crema de sake, una receta que intenta provocar la reflexión de quien lo ve y de quien lo come, pues es un homenaje a los maestros de la jardinería Zen y del arte de servir el té”. Es incuestionable la estrecha relación entre la estética y la cocina pero, ¿puede una dominar a la otra? “La presentación es importante, por supuesto, pero el sabor debe guiar a la estética, que debe ser inteligente, coherente y fácil de comer”. El minimalismo y la simplicidad son representativos de sus platos, algo que encaja a la perfección con el cambio de mentalidad gastronómica de los últimos años. “En Hong Kong el panorama gastronómico en estos momentos es vibrante, ecléctico y, por descontado, muy competitivo. Esto cambia la perspectiva a la hora de elaborar los conceptos. Los ingredientes que se encuentran en la ciudad son más refinados y se pone mucho énfasis en los productos de lujo. Obviamente siguen funcionando los restaurantes de noodles, pero en general todo se está sofisticando especialmente enfocado al turismo”.