Desvelan los datos que el cupcake surge en el siglo XIX, o quizás antes, y que su receta similar a la de cualquier bizcocho de tarta o muffin era frecuentemente empleada en cumpleaños y fiestas infantiles.

María Forcada

En Estados Unidos, el cupcake era considerado el dulce por excelencia para regalar el día de San Valentín. Llegado el 14 de Febrero las ventas de cupcakes se disparaban, siendo tan solo superadas por la venta de cajas de bombones. Una vez pasada esta fecha eran pocos los consumidores que se acercaban hasta el mostrador y pedían un cupcake. Sin embargo, desde que la pastelería neoyorquina Magnolia Bakery apareciera más de una vez en la serie de éxito Sexo en Nueva York, los cupcakes adquirieron una popularidad sin precedentes.

Imagen de Sexo en Nueva York

“Todo el mundo muere por un cupcake”, confesaba hace poco en una cena de gala en Las Vegas la célebre pastelera estadounidense Sara Steele. “Antes se elaboraban cupcakes como parte del contenido de un buffet, ahora las tiendas especializadas en cupcakes nos han obligado a los pasteleros a prestar una atención especial a este dulce, se nos exige en cierta manera hacer algo fuera de lo normal, con ingredientes exóticos y en ocasiones poco asequibles”.

Rápidamente, el cupcake adoptó diferentes versiones, siendo el estilo Lollypop (piruleta) una de las favoritas. Los diseñadores más relevantes también sucumbieron a la fiebre cupcake, Louis Vuitton o Chanel hacían diseños exclusivos del pastelito más codiciado y podíamos encontrar varios escaparates de prestigiosas firmas con estos dulces como protagonistas, adornando joyas, entre los maquillajes más sofisticados o como inmenso tocador.

En 2013, la firma brasileña L’acqua di Fiori se inspiró en esta la magdalena “tween”, en una colección dirigida al mercado más joven. Esta línea cupcake representa el lado dulce de la vida y ofrece dos fragancias: Napolitano Chic y Caramelo Divertido.

La empresa parisina Alice & Peter Eaux Parfums también se sumó a la fiebre cupcake con una línea cuyo slogan que evocaba la esbeltez: “Dulce, aromático, seductor y sin calorías”.