Los grandes vinos franceses nacen en las diferentes zonas vinícolas desde Burdeos hasta Alsacia.
Por Juancho Asenjo
Si le preguntamos a cualquier avezado aficionado al mundo del vino del más recóndito rincón del planeta por los vinos más conocidos y reputados blancos del mundo su respuesta será casi unánime: los chardonnays de Borgoña. Y no se equivocan. El viñedo borgoñón nació en el siglo IX gracias a los monjes del Císter de los monasterios de Cluny y de Citeaux que serían decisivos en el devenir del vino de buena parte de Francia y de España tres o cuatro siglos después. Son los vinos blancos más prestigiosos del mundo: los que se encuentran en la Côte de Beaune dentro de la mítica Côte d’Or. Nombres como Montrachet, Chevalier-Montrachet, Mersault, Puligny-Montrachet, Chassagne-Montrachet o Chablis con sus grandes crus y botellas que hacen estremecer a los aficionados solo con pronunciar elaboradores como Domaine d’Auvenay, Romanée-Conti, Coche-Dury, Domaine Leflaive, Roulot, Bonneau du Martray, Michel Bouzereau et Fils… o en Chablis: Raveneau, Dauvissat, Droin, Billaud Simon, William Fevre… Muchos de ellos alcanzan precios que los alejan de cualquier aficionado que no sea rico.
Alsacia es tierra de grandes blancos con unos microclimas que determinan su calidad gracias a los Vosgos que actúan como parapeto contra vientos y tempestades y con la llanura del Rhin, frontera con Alemania, como linde al este que relaja el clima. Varietales conocidos en todo el mundo y elaborados como monovarietales secos o como Vendimías Tardías o Selección de Granos Nobles: Riesling (procedente del Rhin alemán), Gewürztraminer (originaria del Südtirol italiano del pueblo de Tramin o Termeno con recuerdos a frutas de huso y tropicales, frutas tropicales, rosas marchitas, miel…), Pinot gris, Pinot blanc, Sylvaner… Vinos nacidos en los pagos o climats que surgen en laderas delicadas. Destacan nombres de productores como Trimbach, Marcel Deiss, Weinbach, Zind Humbrecht, Valentin Zusslin, Albert Boxler, Ostertag, Albert Mann, Josmeyer, Bott-Geil…
La región vecina del Franco-Condado nos ofrece los originales y únicos vinos del Jura con el Vin Jaune (vino amarillo a la cabeza) que se elabora por el sistema de criaderas y solera al estilo jerezano pero sin ser encabezados (sin adición de alcohol) porque alcanzan el grado de forma natural. Su mágica botella se llama clavelin de 62 cl, que es lo que resta de cada litro después de su crianza obligatoria de seis años y dos meses. Vinos mágicos que nacen de una variedad única como la Savagnin. Nombres a buscar como Jean Macle, Puffeney, Tissot, Ganevat…
El Ródano está bien diferenciado entre la parte septentrional y la meridional, entre el norte y el sur. En la zona más cercana a Lyon y al nacimiento del río encontramos unos blancos diferentes en la denominación Condrieu cuya casta única es la Viognier, con sus aromas a fruta de hueso, donde se ubica la diminuta denominación de origen Château Grillet. Luego encontramos los Crôzes-Hermitage y los Hermitage cuyo carácter viene dado por las variedades Marsanne y Rousanne, que no son muy aromáticas y mejoran con la oxidación que da el tiempo, y el protagonismo de sus suelos. Productores como Chapoutier con sus parcelarios, Chave, D’Ampuis, Ogier, Sorrel, Cuilleron…
La parte sur del Ródano es la de Chateauneu-du-Pape; etiqueta mítica con el sello papal desde los tiempos en que el papado se trasladó de Roma a Avignon en el siglo XIV y Juan XXII construyó el castillo como residencia veraniega
Aquí la protagonista es la Garnacha blanca con el posible acompañamiento de Bourboulenc, Clairette, Picardin, Roussanne y Picpoul. En materia de bodegas: Beaucastel, Rayas, André Brunel, Clos des Papes, Mont-Olivet, La Janasse, Marcoux…
El Loira es una tierra insondable que se extiende por más de 1.000 kilómetros desde Nantes al Centro. Parte con los vinos del Pays Nantais elaborados con Muscadet o Melon de Bourgogne en suelos minerales y a continuación toma el relevo Anjou, Saumur, Coulée de Serrant y La Touraine, donde reina la Chenin blanc tanto en los radicales blancos como en las majestuosos dulces.
Cuando el río se adentra en el macizo central surgen unos recodos en el río que miran al cielo con sus suelos de pedernal y sílex, que es el hábitat natural de la Sauvignon blanc en los Vignobles de Centre con Sancerre y Pouilly-Fumé como denominaciones, con productores como Dagueneau, François Cotat, Alphonse Mellot, Vincent Pinard, Domaine Vacheron… La Sauvignon es una cepa que ha triunfado desde Nueva Zelanda a Sudáfrica y desde California a Chile o Argentina. Productores de Muscadet: Domaine de L’Ecu, Domaine de la Chauvinière, Luneau-Papin… Y en la zona de la Chenin: Coulée de Serrant, Pierre Bise, Clos Naudin, Huet, Domaine de Bellivière, François Chidaine, La Ferme de la Sansonnnière, Roches Neuves, Richard LeRoy…
“Burdeos es reconocida por la aristocracia de sus vinos tintos pero existen, además de unos dulces de ensueño en Saternes y Barsac (d’Yquem, Climens…), unos blancos en Pessac Leognan-Graves que no son muy aromáticos y que necesitan tiempo para madurar con la Sauvignon y la Semillón como primeras actrices pero que alcanzan la gloria con el paso de los años. Sus productores son Haut-Brion, La Mission Haut-Brion, Domaine de Chevalier, Malartic-Lagravière, Pape Clement, Smith Haut-Lafitte o Carbonnieux. Descubrir los blancos franceses es una obligación para quien no haya caído ya rendido en sus brazos.”